En la noche del día 27 de febrero, numerosas mujeres del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) llegaron de todas partes del Extremo Sur de Bahía a un lugar que posteriormente se transformaría en el campamento Hermana Dorothy Stang, en homenaje a esta monja estadounidense que luchaba por la reforma agraria en el estado de Pará y que fue brutalmente asesinada en 2005. Muchas mujeres cargaban a sus hijos e hijas como si fueran a la mejor fiesta del mundo. Alrededor de las 4 de la madrugada del día 28, antes que el Rey Sol surgiera en el horizonte, cientos de árboles inútiles del desierto verde de eucaliptos caían en una superficie de aproximadamente 8 mil hectáreas de la empresa Veracel Celulose - la mayor propietaria de tierras del estado de Bahía. Y así fue durante los 10 días que las mujeres resistieron en el lugar.
Todas las mañanas, las mujeres, concientizadas de que no es posible tolerar más el ‘modelo de desarrollo’ basado en el latifundio y el agronegocio porque es el responsable de la destrucción de la biodiversidad, cortaron eucaliptos y plantaron alimentos. Eran aproximadamente 500 mujeres de todas las edades, religiones y razas. Colectivamente construyeron cocinas, viviendas precarias, chabolas, escuela, puesto de salud. ¡Una verdadera lección de ciudadanía y amor!
Todas las mañanas, las mujeres, concientizadas de que no es posible tolerar más el ‘modelo de desarrollo’ basado en el latifundio y el agronegocio porque es el responsable de la destrucción de la biodiversidad, cortaron eucaliptos y plantaron alimentos. Eran aproximadamente 500 mujeres de todas las edades, religiones y razas. Colectivamente construyeron cocinas, viviendas precarias, chabolas, escuela, puesto de salud. ¡Una verdadera lección de ciudadanía y amor!
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